Las manos, el cuello y el rostro son las partes de nuestro cuerpo más propensas a deteriorarse por distintos factores. La contaminación y la constante exposición al sol desde la niñez generan daños profundos en las capas de nuestra piel que no se ven hasta después de varios años. Tener arrugas, manchas y falta de elasticidad a temprana edad no tiene nada que ver con el tiempo, sino que es el resultado de la falta de atención y cuidado de la piel.
Proteger el rostro es tan importante como tomar mínimo ocho vasos de agua diarios. Hay distintos tipos de piel, pero solo una rutina básica para poder cuidarla de manera efectiva, para ello necesitas: limpiar, tonificar, hidratar y proteger tanto en el día como en la noche. Sin importar si tu cutis es graso, sensible, mixto o seco, hidratarlo es importante para evitar el envejecimiento prematuro.